Oraciones
Memorare Acuérdate, oh
misericordiosísima Virgen de Guadalupe, que ninguno de los que han
acudido a tu protección, implorando tu asistencia y reclamando tu
socorro ha sido abandonado por tí. Animado con esta confianza a tí
acudo, Oh Virgen Madre! y aunque gimiendo bajo el peso de mis
pecados, me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana. No
deseches Oh Madre de Dios! mis humildes súplicas, antes bien inclina
a ellas tus oídos y dignate atenderlas favorablemente. Amén.
Oración Oh Virgen Inmaculada!
Escucha la oración que te dirigimos y preséntala a tu Hijo Jesús. Da
la paz, la justicia y la prosperidad a nuestro pueblo. Queremos ser
totalmente tuyos y fieles siempre a Jesucristo en su
Iglesia. Virgen de Guadalupe, bendice a nuestras familias.
Compadécete de nosotros y guíanos siempre a Jesús. Y así, libres de
todo mal, podremos llevar a los demás la alegría y la paz que sólo
pueden venir de tu Hijo Jesucristo. Amén.
Oración Oh Purísima Virgen de
Guadalupe alcánzame de tu Divino Hijo el perdón de mis pecados,
bendición para mi trabajo, remedio a mis enfermedades y necesidades
y todo lo que tu creas conveniente pedir para mi y mi familia.
Oh Santa Madre de Dios! no desprecies las suplicas que te
dirigimos en nuestras necesidades, antes líbranos de todos los
peligros.
Oh Virgen llena de gloria y bendición! Por Cristo Nuestro Señor,
Amén.
Oración Santa María de Guadalupe,
Mística Rosa, intercede por la Iglesia, protege al Soberano
Pontífice, oye a todos los que te invocan en sus necesidades. Así
como pudiste aparecer en el Tepeyac y decirnos: "Soy la siempre
Virgen María, Madre del verdadero Dios", alcánzanos de tu Divino
Hijo la conservación de la Fe. Tu eres nuestra dulce esperanza en
las amarguras de esta vida. Danos un amor ardiente y la gracia de la
perseverancia final. Amén.
Oración Virgen Santísima de
Guadalupe, Madre de Dios, Señora y Madre nuestra! Venos aquí
postrados ante tu santa imagen, que nos dejaste estampada en la
tilma de Juan Diego, como prenda de amor, bondad y
misericordia. Aún siguen resonando las palabras que dijiste a
Juan con inefable ternura: "Hijo mío queridísimo, Juan a quien amo
como a un pequeñito y delicado," cuando radiante de hermosura te
presentaste ante su vista en el cerro del Tepeyac. Haz que
merezcamos oír en el fondo del alma esas mismas palabras. Sí,
eres nuestra Madre; la Madre de Dios es nuestra Madre, la mas
tierna, la mas compasiva. Y para ser nuestra Madre y cobijarnos bajo
el manto de tu protección te quedaste en tu imagen de
Guadalupe. Virgen Santísima de Guadalupe, muestra que eres
nuestra Madre. Defiéndenos en las tentaciones, consuélanos en las
tristezas, y ayúdanos en todas nuestras necesidades. En los
peligros, en las enfermedades, en las persecuciones, en las
amarguras, en los abandonos, en la hora de nuestra muerte, míranos
con ojos compasivos y no te separes jamás de nosotros.
Visita a Nuestra Señora de
Guadalupe en su Basílica
Con
cuanto gozo, Oh Madre mía de Guadalupe vengo a visitarte a este
lugar santo, en el cual aún resuenan tus celestiales promesas de oír
nuestros ruegos y atender a nuestras necesidades. Vengo en primer
lugar a darte las gracias por los favores que tanto a mí como a los
míos nos has concedido. En segundo lugar a implorar tu piedad de
Madre y tus favores de Reina. Alcánzame de tu divino Hijo el perdón
de mis pecados, bendición para mi trabajo y empresas, remedio a mis
enfermedades y necesidades, y todo lo que Tú creas conveniente pedir
para mí y mi familia. Adiós. Madre querida, me retiro de tu
presencia, lleno de consuelo y seguro de que allá en el cielo has
escuchado mis ruegos y favorecerás mis súplicas.
Un padre Nuestro y un Ave María.
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